jueves, 1 de abril de 2010

Luna




Con la noche de compañía abrazandome con sus suaves brisas, dejo mi espírito volar en busca de mi completa felicidad.
Pronto regresa glorioso, con un nombre aferrado en el vientre, tan sencillo como potente
que la fusión desenvolvió, cual lazo de seda, todo ese amor que dormido espera.
Dueño de mi mente, vertiginosa corriente que estremece y envuelve cada una de mis células, tu recuerdo, estelas de un pasado, me llena de paz. Siento tu calor en mi y me apresuro en aferrarlo para sentirlo cada vez más. Tus suaves caricias se combinan con el perfume de mi piel alertando todo sentido, y llamandote con un suspiro me desprendo de este vestigio mortal que reprime volviendome eterna mientras vuelo a tu encuentro.
Sentirte a cada segundo acelera mi corazón que llora al lado de tu sombra amandote fogosamente entre sístole marcando el camino para resucitar esta pasión penosamente limitada y desesperadamente anhelada.
Embebida en esta locura de amor, deseo y necesidad levanto la mirada y en pedido sincero le otorgo a mi fiel mensajera todo sentimiento y ruego que me agobian para que lleguen a tiempo a tu lecho como guardianes de tus sueños y razón de tus deseos.
Confio en que miras lo mismo que yo conectándonos en la inmensidad del cielo, y que ansioso esperas mi calor en tu cuerpo con la urgencia de varios días de silencio.
Entre nubes la observo partir, su trabajo, mi recado, no tardará en llegar a du destino y es así que tranquila vuelvo a sumergirme en el mar inmenso de nuestro amor.